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  • Foto del escritorFútbol PR Otro Nivel.

Así se fabrica un futbolista

MilanLab, proyecto pionero en el uso de la tecnología y los números en el mundo del fútbol, cumple quince años de vida



El cambio de centuria trajo consigo una nueva visión del fútbol, focalizada en la búsqueda de la perfección física, mental y nutricional. Muy lejos quedan ya aquellas imágenes en blanco y negro de jugadores con exceso de peso o pronunciada tripa, situaciones impropias de un deportista de élite. Hoy, la preparación física y el estado de forma tiene tanta repercusión como el talento. Y por eso los clubes han invertido mucho tiempo y dinero en buscar la excelencia, como empezó hacer el Milán en 2002, con su pionero proyecto de Milan Lab, que cumple quince años con nuevos objetivos.

Este centro de investigación científica de alta tecnología tiene como meta una premisa simple. El bienestar es la condición previa fundamental para un rendimiento de máximo nivel: «La idea es entender a través de los números qué les pasa a los futbolistas», explica a ABC Daniele Tognaccini, preparador físico del Milán desde 1998 a 2012 y «Project Leader» de Milan Lab desde su nacimiento: «Cambiamos por completo la filosofía del fútbol. Tanto que hoy todos los grandes clubes usan la tecnología para su beneficio. Nosotros trabajamos ahora con un sistema de inteligencia artificial, denominado ‘Machine Learning’, cuyo software tiene un coste de cuatro millones de euros. Se trata de un meticuloso trabajo de datos que ya nos ha permitido acumular más de un millón de test. Tenemos la base de datos número uno del mundo en lo que a un club deportivo se refiere», explica Tognaccini.


Equilibrio

Ahora bien, ¿para que sirve este ultra moderno sistema de inteligencia artificial repleto de números y más números? Milan Lab ayuda al jugador a mejorar sus prestaciones. Hablamos de una metodología para preservar el valor del futbolista y sacarle el mayor rendimiento posible: «Para que un jugador rinda, debe tener tres sistemas en equilibrio. El estructural (muscular), el mental y el bioquímico. Por ejemplo, si un futbolista está en buena condición física pero la cabeza no le funciona, es imposible que juegue bien. Por eso, son tres los aspectos que hay que gestionar en relación al bienestar: la actividad (en el futbolista nos referimos al entrenamiento), la recuperación, y la nutrición e hidratación. Todo este torrente de información es que el que introducimos y examinamos en nuestra sistema de inteligencia artificial para obtener un perfil detallado de cada futbolista».

Cuando Tognaccini habla de perfil detallado, habla literalmente. Gracias a Milan Lab se puede llegar a saber, por ejemplo, si a un futbolista le perjudica su modo de pisar el acelerador de un coche, si una uña de su pie derecho es incompatible con el tipo de bota con la que juega, si el pescado azul, por muy beneficioso que sea, no le conviene tomarlo en abundancia, o si el paso del tiempo ha perjudicado mucho o poco la actividad de su tiroides: «El objetivo es convertir al futbolista en una máquina perfecta. Es cierto que no suena romántico, pero así es el fútbol moderno», asevera Tognaccini.

Todo esto se realiza a través de tres tipos de test (genéricos, mensuales y diarios), todos ellos de máxima rigurosidad. Gracias a ellos, se acumula tal cantidad de información de un jugador que es posible alcanzar la perfección, como ha ocurrido con varios mitos del Milán, como Maldini: «Paolo fue un profesional entregado en cuerpo y alma al fútbol. Tenía un gran talento natural y una buena predisposición genética, que lo llevaron a una longevidad competitiva única. Pero, sin duda, su actitud abierta y su buen entendimiento y comprensión de las recomendaciones que le dábamos en Milan Lab hicieron el resto», revela el prestigioso doctor Alberto Dolci, responsable del área Bioquímica de Nutrilite, uno de los principales patrocinadores del club italiano, y Milan Lab.


La alimentación

Igual que el resto de futbolistas, Maldini tenía una dieta personalizada, hecha en base a sus necesidades físicas y técnicas, y que variaba según la evolución de su carrera. En Milan Lab, la personalización de la dieta es innegociable ya que cada futbolista es un mundo, tanto a nivel cultural (lugar de origen, educación...), como nutricional (hábitos alimenticios) y físico (estructura corporal, metabolismo y resistencia): «Paolo se entrenaba con solo un café en su estómago. No comía absolutamente nada. Y aún así, se ejercitaba como el mejor. Es más, si comía algo, entonces no se entrenaba correctamente. Los datos que manejamos en Milan Lab nos dicen que lo que hacía Maldini no es un hábito correcto para el noventa y nueve por ciento de los futbolistas, pero si a él le iba bien, no había por qué tocarlo. Cada futbolista es un mundo. Ahora estamos centrados en nuestros futuros talentos. Locatelli, Ocampos, Donnarrumma, Cutrone...», detalla Tognaccini.

Un último factor que también controla Milan Lab es el de las lesiones: «Elaboramos algoritmos según situaciones pasadas para prever qué puede suceder en el futuro», explica Tognaccini. De este modo, si por ejemplo dentro de seis meses los parámetros que resultan de los test de un futbolista avisan de que está en la misma situación previa a una lesión pasada, el sistema de inteligencia artificial de MilanLab alertará de que ese jugador está ante un riesgo elevado de volver a sufrir la misma lesión: «Gracias a este trabajo, este club ha logrado reducir el número de lesiones en un noventa por ciento», desvela Tognaccini. Así es el nuevo Milan Lab, ciencia y tecnología premium para hacer del futbolista una máquina perfecta.

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