Ante la expectativa generada por la clasificación al Mundial de Qatar 2021 y tras el empate sin goles en la ida ante Ghana, las autoridades nigerianas tuvieron que reforzar la seguridad en el Estadio Nacional de Abuja, sede del partido de vuelta.
Exceso de seguridad
Sin embargo, nadie tomó el asunto en sus propias manos y confiaba en que el equipo nigeriano usaría su ventaja de local para presionar a sus oponentes de tal manera que pudieran derrotarlos.
En el campo, Ghana logró tomar la delantera en el minuto 10 con un gol del centrocampista Thomas Teye Partey, que fue un trago amargo para la afición local.
Obligado por la situación, el conjunto nigeriano avanzó y fue el defensa William Troost-Ekong, nigeriano nacionalizado holandés, quien empató en el minuto 22.
A partir de entonces se pensó que las Águilas Negras darían la vuelta al partido, pero se encontraron con una defensa ghanesa bien organizada que aguantó todos los embates en su portería.
Infierno en la cancha
Algo que nadie imaginaba es que, cuando sonó el pitido final con el marcador empatado en el global, pero dando a Ghana un lugar en el marcador por goles de visitante, la multitud, enfurecida al ver marchitarse sus esperanzas de ver a su selección jugar en suelo árabe. , comenzó a invadir la cancha en señal de protesta.
En cuestión de segundos, el césped se transformó en una auténtica procesión, mientras los ghaneses permanecían atrincherados en su vestuario a la espera de que se calmara el caos.
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